24 abril 2007

Dudad, dudad malditos....


Soy un puto acojonao. Así, sin florituras. Llevo toda la vida dudando si hacer esto o hacer lo otro, si comprarme un bote de tomate frito o uno de ketchup, si comprarme un Opel Astra o un Ford Focus, si ser un putero o irme a un monasterio....
Y ahora me decido a comprarme un piso, y me entra el pánico escénico. ¿Seré capullo?
Me repito: Quiero comprarme piso y puedo, quiero comprarme piso y puedo...y empiezo a sudar como una morcilla de Burgos y me entran síndromes menopaúsicos.
Tengo un trabajo fijo, un banco a mis pies, un piso a mi medida.....y dudo. Dudo, dudas, duda, dudamos, dudáis, dudan.
Mi piso: no tiene el techo en el suelo (lo siento malabarista y lidia, ya sé que os hacía ilusión), está en la capital del reino de taifas, no hay especies mutantes en el vecindario y tiene una nevera donde caben varios kilotones de latas de cerveza. Y yo, dudo.

Soy un puto acojonao. Bis.

10 abril 2007

Dar lástima


Qué bien funciona lo de dar lástima. Es increíble, pero no hay nada tan coactivo, retorcido y que dé tan buenos resultados como el imbuir en alguien el sentido de culpabilidad. Es una maniobra tan mezquina pero a la vez tan efectiva que me estoy planteando el empezar a utilizarla.
Es que la gente que usa el chantaje emocional es en el fondo muy inteligente. Aunque descubras su juego, sentirán su orgullo más mancillado y te restregarán aun más tu culpabilidad por pensar eso...¿A que viene eso? A nada, nada....

Tengo catarro y busco piso: He estornudado sobre una inmobiliarera y he visitado una garaje (perdón, un loft) cuyo nexo con el exterior era, aparte de la puerta, una especie de alcantarilla que había en el suelo ¿acaso pevendrá posibles inundaciones futuras?. Este piso queda en segundo lugar de los visitados hasta ahora, tras el único e inimitable piso con techo de cuarto de baño completamente hundido, pero con inmejorables vistas. Yo miraba el techo en el suelo y la inmobiliarera no paraba de repetirme "pero mire qué vistas, qué encanto". Creo que mi mueca/cara de asco a la vez que decía "ya la llamaré" no ha tenido el efecto deseado: me acaba de llamar.

Al próximo piso que visite iré con mi mejor cara de lástima. Seguro que funciona.