21 mayo 2008

Jodido Modigliani


Esta pasada semana estuve -de refilón- en el museo Thyssen (Tita's museum) viendo en su último día la exposición sobre Modigliani, autor maldito donde los haya: putero, drogadicto, borracho, mujeriego y que murió a los 35 años después de una vida atormentada... una joya, vamos.

Pero lo que me llamó la atención es cómo una persona puede evolucionar tan independientemente dentro del arte. Normalmente un pintor busca sus raices en las tendencias que dominan en el tiempo que le toca vivir. Pues no, el tipo le echó narices y se basó en la escultura primitiva africana para, a partir de ahí, formar un tipo de impresionismo (corriente que crecía en ese momento) paralelo pero a la vez único.

Sus cuadros son sobre todo de mujeres, bien sentadas o en desnudo, cruzando todo el cuadro, y alargándose demasiado, tomando la apariencia de un cómic, con ojos vacíos y almendrados, pero con una "insoportable" sensación de melancolía que pocas veces había visto en unas obras tan aparentemente simples...


Al final va a ser verdad que para pasar a la historia como genio, uno va a tener que vivir intensamente, morir joven y dejar un bonito cadáver.
Y sigo mirando ese cuadro y sigo sintiendo un escalofrío de melancolía. Sensible que es uno (lo negaré todo en futuros posts...)

07 mayo 2008

Desventuras de un desgraciado crónico


Si es que me estoy planteando seriamente el cambiar el título de este blog por el del título de este post. Me pasa una cosa tras otra pero, tomándosela con humor, la vida se torna en una especie de película de Almodóvar: colorista, bastante patética y, sobre todo, surrealista.

Siempre he tenido un odio visceral a la consulta del médico. Y es que hasta que no me veo un brazo gangrenado y en el suelo no voy al médico. El caso es que recientemente se me sumó un despropósito de enfermedades, algo así como un suma y sigue de virus, bacterias y protozoos. Empecé por un catarro (la nuit, que es muy mala), supongo que se sumó un enfriamiento, un dolor de muelas y creo que algo en la cabeza. Pues así estuve más de una semana, saltando de aspirinas a dipirona y de ésta a paracetamol. La cosa empeoraba y, armado de valor, fui a un consultorio "multienfermedad" a rogar por un médico de urgencia.

Cuando me atendió un medico deportivo arqueé la ceja, pero pensé "bueno, yo a veces corro" y procedí a contarme mi historia. Solución: Paracetamol y mucha agua (como en la serie "el síndrome de Ulises"), y antibióticos. Tengo sinusitis, y parezco un riego por aspersión, todo el día moqueando líquidos.

Así quedo, sin mi cervecita de las tardes y con cara de lástima. Busco quien me adopte.