03 mayo 2007

Hablemos


El fenómeno móvil me tiene ensimismado. Supongo que ningún aparato ha saltado tan rápidamente a la actualidad ni se ha extendido tanto en un mínimo tiempo como el teléfono móvil. Ese don de la ubicuidad que lo convierte en indispensable: la facultad de mantenerte unido al mundo estés donde estés.
Hablar, lo importante es hablar, comunicarte, sentirte vivo, mantener a las operadoras en abultadas ganancias..... El hecho es que tienes el móvil sobre la mesa, lo coges, marcas un número de teléfono y en un momento te encuentras hablando con alguien que está paseando por la playa a cientos de kilómetros de distancia. Es algo mágico, irreal. Llamas a gente para saber de su vida, para contar la tuya, para acercarlos a tu mundo, para entrar en el de otros, para escapar del aburrimiento, para salvar a otros del suyo, para comunicarte. Hay gente a la que llamas casi a diario, hay otros a los que llamas para mantener el contacto, e incluso hay números de teléfono que tienes y que nunca has marcado: te pregúntas por qué no lo borras, y te respondes que tal vez algún día suene. Hay otros que tienes simplemente para saber que no tienes que cogerlo cuando suene. Hay días en que miras el teléfono como suena y no lo coges, otros que esperas que suene, y otros que lo apagas.
El móvil es así, una puerta que es de tu propiedad y abres y cierras a tu antojo. Menos mal.

Para finalizar, y ya que estamos con eso de la comunicación, una noticia curiosa:

"Gritaba 'Help' y los vecinos pensaban que llamaba a 'Pepe'"
Que el aprendizaje de idiomas no es una habilidad típicamente española es algo conocido. Un estadounidense de 33 años lo ha sufrido en Toledo en sus propias carnes. Este miércoles fue rescatado por los bomberos con signos de hipotermia de un paraje casi inaccesible en las riberas del río Tajo después de pasarse varias horas pidiendo ayuda.

El problema es que mientras la víctima gritaba "Help", los vecinos más próximos a este lugar pensaban que alguien estaba llamado a un tal "Pepe".

Tuvo que ser una pareja alemana que se hospedaba en un hotel cercano, La Casona de la Reina, la que alertó al recepcionista, Carlos María San Félix -que sí sabe inglés- de que una persona estaba pidiendo socorro.

Horas antes se había celebrado en las proximidades de este lugar la tradicional romería en honor a la Virgen del Valle en la que muchos acaban bebiendo más de la cuenta.

Los vecinos de esta zona de Toledo, conocida como La Cornisa, debieron de pensar que algún borracho seguía celebrando la festividad y restaron importancia a los gritos.

La noticia completa, aqui

3 comentarios:

Lidia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lidia dijo...

Yo ahora tengo el número de un japonés al que no conozco y que nunca me llamará...
Por la noche lo apago para dormir tranquilita y por el día me sorprendo si suena porque nunca me llama nadie, y si me llaman o son familia o quieren venderme algo.
Bueno, a veces me llevo sorpresas agradables como llamadas de amigos a los que no veo desde hace mil años o a los que, simplemente, no he visto nunca.

En cuanto a la noticia, no me fastidies, hombre, ¿viene el colega a España y ni siquiera sabe decir "socorro" o "ayuda"? Venga ya! que aprendan idiomas también los demas.
Saludos!

Anónimo dijo...

Yo el móvil lo uso lo justo, el teléfono fijo me sale más barato!!! Yo mando mensajitos y uso las chorraditas más que llamar...pero siempre viene bien cuando estas fuera de casa y lo necesitas!!
¿help = pepe? ¿no estarían un poco borrachos todos?
Saludos!!