Pues sí, he llegado a la conclusión de que este mundo está perdiendo la cordura, y lo peor de todo es que me encanta. La gente cada vez es más irreverente, descarada y las situaciones cotidianas están tomando un toque de irrealidad que rozan el absurdo.
Mi lógica siempre me ha permitido llegar al opuesto y ser consciente de ello. El distinguir (o creer hacerlo) entre lo lógico y lo absurdo me ha llevado a poder, desde un punto de vista casi obsesivo, actuar de forma más o menos alternativa y estudiar las reacciones en el personal. Pues todo se ha ido a la mierda: últimamente la gente actúa tan impredeciblemente que sólo puedo limitarme a observar asombrado y reír a carcajadas, porque ni participar puedo: me supera.
Las noches de los fines de semana son un reto continuo: junta a gente diferente y dales de beber, obtendrás un variopinto mundo alternativo que no tiene nada que envidiar a Alicia en el país de las maravillas, con actores secundarios que aparecen y desaparecen después de una actuación estelar, junto a sombras y atrezzo de una sola frase: obtendrás una performance de tal magnitud que a ratos me veo coprotagonizando aquella película llamada "jo, que noche" (After hours) de Scorsese, referencia básica para entender qué le pasa a uno cuando la noche empieza a desmadrarse.
Y ahora me pregunto ¿será el calor, el alcohol, ambos o es que el mundo se va al garete? joer, sería maravilloso
28 junio 2009
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1 comentario:
jajaja tienes razón...yo ultimamente pienso que viendo como es el mundo al final creo que las cosas no van tan mal...jeje...
;)
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