Permítame unas pocas palabras para felicitarle las Navidades, aunque supongo que el hecho de ver ese consumo masivo de langostinos, cigalas y demás familiares debe de crearle cuando menos una inquietud que le impide celebrar una fiesta en condiciones. Yo es que me imagino que voy a comprar al super y me encuentro a la plantilla del FCB Barcelona ultracongelada y en bandeja al precio de 5,90 Euros el kilo y es que me echo a temblar....
Hablando de Euros, ¿ha visto cómo está todo de caro? Sólo ha bajado de precio el conejo, pero como uno tiene todavía algo de repelús por comer roedores, como que la crisis me afecta de lleno. Es lo malo de basar la alimentación en el cereal y su elaborado PPC: pan, pollo y cerveza. Además, me ha afectado de lleno la fiebre consumista: es ver la Teletienda y me entran unos sudores fríos y un temblor que me recorre todo el cuerpo; estuve a punto de comprar un kit de cuchillos para darme el placer de cortar latas de Coca-cola, por el momento me resisto, pero...¿Y la cama hinflable que aguanta el peso de dos focas? ¿Y la fregona esa que absorve de todo, por mucho que vaya un tío con bigote por delante tirando ketchup y aceite y que estuvo a punto de cortarse las venas para demostrar que absorvía también coágulos de sangre? ¿Y la cinta de correr calambrética, donde se sube la tía de las tetas gordas y se pone a vibrar y que hace perder montones de calorías a ritmo frenético? ¿Y el artefacto ese que se rosca a la ducha y que masajea y saca espuma como para apagar el incendio de un rascacielos? Es todo tan maravilloso y práctico....
En estos días festivos he paseado por el centro, cogiendo el metro, eso sí, y dejando el coche bien aparcado en casa. El metro estos días es como un decorado del mejor cíne apocalíptico, con su montón de desperdicios dándote la bienvenida por la huelga de limpieza. Incluso tuve una conversación con la montaña basura de los Fraguel, ¡qué buenos consejos daba ese personaje! Me aconsejó algo acerca de fondos de inversión, por lo que creo que en realidad era un agente de ING abandonado en un andén y que había pasado desapercibido.
Paseando por ahí y tras observar las hordas de consumidores moverse sin rumbo fijo he llegado a la conclusión de que lo de la crisis es un invento para atemorizarnos y que centremos nuestros intereses en cosas más importantes como ver la televisión. No hay crisis: hay que quedarse en casa a ver anuncios.
En fin, voy a ver si compro lo que me queda...
3 comentarios:
Creo que ves demasido la teletienda!!!;)
Aunque con la situación que tenéis en el metro igual es más cómodo (e higiénico) comprar en la teletienda!! Suerte que en Valencia el metro sólo va hasta arriba de gente...
¡Feliz día de los reyes magos! (esto se felicita? ¡por si acaso!)
Le rindo pleitesia, oiga. Adoro sus Estimadas Gamas.
Gambas, digo. Jeje
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