Del frío y otros impuestos

Madrid ya se ha puesto la boina. Una negrísima pero evocadora capa de polución envuelve la city, hay sol y es Navidad. ¿Qué mas se puede pedir?

En la Puerta del Sol hay un árbol de Navidad que podría iluminar Mordor, y en Nuevos Ministerios existe un árbol lleno de come-cocos. En mi barrio han puesto bombillas alrededor de dos chopos. Supongo que no tenemos el tirón turístico del centro de Madrid, pero también tenemos nuestro corazoncito. Por cierto, odio la Navidad.

No la aguanto, por la fecha: pleno diciembre, cuando el frío acompaña a la renovación de la hipoteca. Por la sensación de que hay-que-ser-feliz-por-cojones. Por que hay que celebrar algo de El Salvador (qué fastidio, celebrar cuándo nace, cuándo muere, cuándo se va al desierto, cúando cena....¡y todos los años!). Porque acaba un año y todavía me pillan en bragas con eso de la "experiencia vital" (ya se sabe: otro año y mi vida está incompleta, todavía no he plantado el árbol ni he escrito el libro......bueno, pero tengo un poto). Por los jodidamente iluminados centros comerciales y palés de juguetes que apabullan al que va a comprar un kilo de patatas....

Hay que celebrar, cenar con gente que no te apetece, pagar un pastón por tomarte un par de copas en un sitio donde normalmente entras gratis el resto del año, escuchar esas cancioncillas infames con las que nos machacan constantemente y..... lo peor de todo esto es que cada vez empieza antes. No había acabado Noviembre y ya ví gente poniendo las luces o la renovación de los jodidos anuncios navideños.

No lo aguanto, lo siento.... si pudiera escaparme a un sitio más cálido y ateo.....