Dios mío, ¿a quién coño he votado?

Veamos, plegué mi sábana bajera color salmón y, tras varios intentos, la metí en el sobre a juego y logré depositar mi voto; después, como cada españolito, ví en tve el recuento de votos (con los porcentajes de votos escrutados, y escaños del PSOE y PP en la esquina superior derecha de la imagen, cosa que me recordaba el porcentaje de descarga del emule o bitorrent, y hasta se me fue la mano alguna vez al ratón para consultar al tracker o ver los uploaders).
Ganó el PSOE, y va el re-presidente y en su discurso victorioso dice algo así como que lo primero que hará será ocuparse de las mujeres (mal, me deja de secundario), de los jóvenes y su acceso a la vivienda (tampoco, ya no soy tan joven y ya tengo vivienda, con 520 cuotas pendientes, por lo que seré una prioridad terciaria), después las familias (la mía, monoparental sin hijos me parece que tampoco entra) y un apoyo especial a los jubilados (joer, joer.....). Resultado: no entro en ninguna de las prioridades PSOEras y creo que tampoco entraría en las PPeras. Creo que nisiquiera en nada del programa, y supongo que incluso el partido del motor y deportes apostaría más por mí que cualquiera de los partidos mayoritarios.
Así que, después de leer que cada voto aporta 0.79 euros al partido votado, siento que he metido un euro en el sobre y lo he tirado a la basura.

Ha empezado mi crisis política, y es que ser de clase media y tener una edad media es ser media-persona. Es lo que tiene el término medio.