Vivir en Mordor

Ultimamente mirar por la ventana es como ponerse el DVD del Señor de los Anillos. La primera frase de la película es "El mundo ha cambiado" y.....uno se asoma a la ventana, ve niebla y lluvia y sólo puede agarrarse a las cortinas y decir "joder, el mundo ha cambiado".
Perseverar, hay que colgarse la mochila y salir, la misión no puede evitarse. Si he dicho que tengo que cambiarle el aceite al coche un sábado por la mañana, aunque el planeta esté bocabajo, el agua me llegue a las rodillas y la niebla aumente X6 mis dioptrías, lo haré. Sé que al final de las escaleras me espera Ella-lamaña (bueno, creo que es de Badajoz), la maruja con su todoterreno azul esperando para aparcar SIEMPRE junto a mi coche, con movimientos torpes y acelerones imprevisibles. Mi coche ya tiene una herida de guerra en un costado, y apostaría el anillo único y hasta los pies peludos a que ha sido ella. La miro colocarse las gafas y acelererar para colocarse a mi altura, pero logro meter primera y salir pitando de aquel aciago destino.
"Es bueno que llueva", me repito siempre, pero algo falla, no puede estar un mes lloviendo, al igual que no puede estar un verano a 40 grados todos los días. Uno se deprime y le da a la bebida. Además, en este país los pantanos tienen fugas, por mucho que llueva. Bueno, unos los llaman "fugas" y otros "trasvases". Por otra parte, tengo que recoger esta habitación, parece Moria.